martes, 23 de octubre de 2012

frases para reflexionar

1. La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo. Benjamín Franklin
2.Esforcemosnos en formar en las vistudes sólidas el corazón de la juventud.
3. Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
4. La reflexión es el ojo del alma. Bousset.

5.Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharlo por otro. Aldous Huxley.
6. La violencia es el refugio de las mentes pequeñas.
7. La diligencia en escuchar es el más breve camino hacia la ciencia. Juan Luis Vives.
6.Nadie prueba la profundidad del río con ambos pies.
7. Puede uno amar sin ser feliz, puede uno ser feliz sin amar, pero amar y ser feliz es algo prodigioso. Honoré de Balzac.
8. Vé a menudo a la casa de tú amigo, pues la maleza en un sendero no recorrido. Ralph Waldo Emerson
9. Las palabras son enanos, los ejemplos son gigantes.
10. Dios suerme en el mineral, sueña en la planta, despierta en el animal y vive en el hombre.
11. Cuantas menos necesidades tengáis más libres sois. B. Cantú.
12.Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo. Voltaire.

lunes, 22 de octubre de 2012

MONOS LARGAS, EL PIRATA BUENO

MANOS LARGAS, EL PIRATA BUENO
Manos Largas era un niño pirata, hijo, nieto y bisnieto de piratas. Él realmente nunca había robado nada ni asaltado ningún barco, pero en su familia todos daban por seguro que sería un pirata de primera. Sin embargo, a Manos Largas no le atraía para nada la idea de dedicarse a robar a la gente. Lo sabía porque de pequeño uno de sus primos le robó uno de sus juguetes favoritos y aquello le había sentado fatal.
Según fue creciendo, el bueno de Manos Largas empezó a angustiarse con la idea de que en cualquier momento surgiera su verdadera personalidad de pirata, y no pudiera evitar dedicarse al robo, al abordaje y los pillajes. Cada mañana, al despertar, se miraba al espejo para ver si se había producido aquella horrible transformación que tanto temía. Pero cada mañana tenía el mismo aspecto de buena persona del día anterior.
Con el tiempo, todos se dieron cuenta de que Manos Largas no era un pirata como los demás, pero era tan larga la tradición familiar de estupendos piratas, que ninguno se atrevía a decir que no era pirata. "Simplemente", decían, "es un pirata bueno", y lo seguían diciendo a pesar de que Manos Largas hubiera estudiado medicina y dedicara sus días a cuidar de los enfermos de la ciudad.
Sin embargo, Manos Largas seguía temiendo convertirse en pirata, y cada mañana seguía mirándose al espejo. Hasta que un día, viéndose viejecito, y mirando a sus hijos y sus nietos, ninguno de los cuales había llegado a ser pirata, se dio cuenta de que ni él ni nadie tenía que ser pirata ni ninguna otra cosa de forma natural ni por obligación. ¡Todos podían ser lo que hicieran de sus vidas! Y él, que había sido lo que había elegido, se sentía profundamente satisfecho de no haber elegido la piratería.

ME ALEGRÉ DE NO HABER SIDO ABORTADO

ME ALEGRÉ DE NO HABER SIDO ABORTADO Steve Jobs
Tras la muerte de Steve Jobs el pasado 5 de octubre, muchos se han preguntado cómo sería el mundo, y si se habrían desarrollado los avances tecnológicos en esta sociedad, si la madre del fundador de Apple e inventor del iPod, iTunes, iPhone e iPad hubiera decidido abortar en lugar de dar a su hijo en adopción.
La sociedad está en deuda con Joanne Simpson, aquella valiente estudiante que, en 1955, tras un embarazo no deseado y a pesar de que hubiera deseado quedarse con el bebé, se vio obligada por las circunstancias a darlo en adopción a una pareja de clase trabajadora.
El propio Steve Jobs quiso en los comienzos de la década de los 80 encontrar y agradecer en vida a su madre biológica el haber tomado la decisión de seguir adelante con su embarazo a pesar de todo.
Jobs inició la búsqueda de su madre biológica incluso recurriendo a un detective privado. “Quería conocerla para saber si estaba bien, y darle las gracias, por no haberme abortado”.
En la década de 1950 el aborto era ilegal, y probablemente Joanne Simpson nunca pensó en esa posibilidad tras quedarse embarazada de Abdulfattah Jandali, un inmigrante sirio, a pesar de que ambos temían la indignación de las familias. Cuando las cosas se complicaron en casa, ella marchó en silencio a San Francisco para tener al bebé y darlo en adopción.
Jobs pudo encontrar y hablar con su madre biológica. Cuenta que, después de conocerse, a menudo ella rompía a llorar, y se disculpaba por haberlo dado en adopción.
Si el padre de Joanne no hubiera rechazado a su novio sirio, ella podría haberse casado con Abdulfattah y la historia de Steve Jobs podría haber sido bien diferente.
Habría sido igualmente un genio, pero a buen seguro no habría conocido a Steve Wozniak ni hubiera fundado Apple.
Habría que preguntarse sobre el número de personas geniales que nunca han visto la luz porque alguien dio por sentado que un embarazo no planificado es necesariamente un hijo no deseado y, por tanto, el aborto la mejor solución.

MAESTRA, MAESTRO

MAESTRA, MAESTRO…
Enseña a los niños a creer en los ideales y que aquellas cosas que no se ven también son realidades.
Diles que el amor no se ve pero se puede sentir, que la música tiene una explicación pero que las melodías salen del corazón.
Enséñales a tener esperanzas, pues todos los días sale el sol.
Enséñales el respeto por las cosas simples y por la naturaleza.
Enséñales a rezar, a cerrar los ojitos y que se imaginen a su ángel guardián que los protege y los guía.
Enséñales todos los días a trabajar en un pequeño proyecto, diferente siempre.
Estimula su creatividad con sus juguetes y con otros juguetes que ellos mismos puedan crear.
Enséñales a sonreír y acarícialos siempre, sean quienes fueran esos niños, porque no sabes en qué pueden convertirse mañana, tal vez sean ellos quienes te den su mano amiga o te nieguen el saludo cuando menos lo esperes. Tal vez sean tu medico, tu amigo, tu asaltante, o tu juez.
Enséñales que la vida es aprender a ser feliz y que la vida nos dará muchas alegrías, pero nosotros debemos darle también un sabor a la vida.
Enséñales que debemos darle un poco de alegría a todas las cosas y que todo lo que llegue a nuestras manos o a nuestra vida, siempre debemos dejarlo mejor de lo que estaba cuando lo encontramos.
Enséñales que todo aquello que tome contacto con nosotros debe siempre mejorar.
Enséñales el valor del respeto, de la fe, de la confianza, enséñales a ser inteligentes y que no desdeñen sus sentimientos, enséñales a amar y que en todo momento sepan que tienen el derecho de vivir y ser cada uno lo que en su vida quiera ser.
Enséñales que cuando sean grandes deben querer y respetar a los futuros niños.

NADA DE ESO ENTRE NOSOTROS

NADA DE ESO ENTRE NOSOTROS Domingo XXIX T.O. - B
San Marcos 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: - «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: - «¿Qué queréis que haga por vosotros?» Contestaron: - «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús replicó: - «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: - «Lo somos.» Jesús les dijo: - «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: - «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
Camino de Jerusalén, Jesús va advirtiendo a sus discípulos del destino doloroso que le espera a él y a los que sigan sus pasos. Santiago y Juan se separan del grupo y se acercan ellos solos a Jesús. No necesitan de los demás. Quieren hacerse con los puestos más privilegiados y ser los primeros en el proyecto de Jesús, tal como ellos lo imaginan. Su petición no es una súplica sino una ridícula ambición: «Queremos que hagas lo que te vamos a pedir ». Quieren que Jesús los ponga por encima de los demás.
Jesús parece sorprendido. «No sabéis lo que pedís ». No le han entendido nada. Con paciencia grande los invita a que se pregunten si son capaces de compartir su destino doloroso. Cuando se enteran de lo que ocurre, los otros diez discípulos se llenan de indignación contra Santiago y Juan. También ellos tienen las mismas aspiraciones. La ambición los divide y enfrenta. La búsqueda de honores y protagonismos interesados rompen siempre la comunión de la comunidad cristiana. También hoy. ¿Qué puede haber más contrario a Jesús y a su proyecto de servir a la liberación de las gentes?
El hecho es tan grave que Jesús «los reúne » para dejar claro cuál es la actitud que ha de caracterizar siempre a sus seguidores. Conocen sobradamente cómo actúan los romanos, «jefes de los pueblos » y «grandes » de la tierra: tiranizan a las gentes, las someten y hacen sentir a todos el peso de su poder. Pues bien, «vosotros nada de eso».
Entre sus seguidores, todo ha de ser diferente: «El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos». La grandeza no se mide por el poder que se tiene, el rango que se ocupa o los títulos que se ostentan. Quien ambiciona estas cosas, en la Iglesia de Jesús, no se hace más grande sino más insignificante y ridículo. En realidad, es un estorbo para promover el estilo de vida querido por el Crucificado. Le falta un rasgo básico para ser seguidor de Jesús.
En la Iglesia todos hemos de ser servidores. Nos hemos de colocar en la comunidad cristiana, no desde arriba, desde la superioridad, el poder o el protagonismo interesado, sino desde abajo, desde la disponibilidad, el servicio y la ayuda a los demás. Nuestro ejemplo es Jesús. No vivió nunca «para ser servido, sino para servir». Éste es el mejor y más admirable resumen de lo que fue él: SERVIR.

DECÁLOGO DE LA MAESTRA

DECÁLOGO DE LA MAESTRA; EL MAESTRO Gabriela Mistral
1. AMA. Si no puedes amar mucho, no enseñes a niños.
2. SIMPLIFICA. Saber es simplificar sin quitar esencia.
3. INSISTE. Repite como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección.
4. ENSEÑA con intención de hermosura, porque la hermosura es madre.
5. MAESTRO, sé fervoroso. Para encender lámparas basta llevar fuego en el corazón.
6. VIVIFICA tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.
7. ACUERDATE de que tu oficio no es mercancía sino oficio divino.
8. ACUERDATE. Para dar hay que tener mucho.
9. ANTES de dictar tu lección cotidiana mira a tu corazón y ve si está puro.
10. PIENSA en que Dios se ha puesto a crear el mundo de mañana.
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YO SÍ CREO EN ELLOS

YO SÍ CREO EN ELLOS
Llevaba muchos años en el oficio y había realizados muchas entrevistas a “gente importante”.
Dios me recibió amablemente en la puerta, me estrechó la mano y me invitó a sentarme.
— Buenos días, Altísimo Señor.
— Muy buenos días.
— Ante todo agradezco la prontitud en atender mi petición de cita. En los últimos meses he estado por la tierra. He visto muchas cosas y he traído algunas dudas, preocupaciones y hasta una úlcera en mi angelical estómago. En mi viaje por la tierra he comprobado lo mal que está el mundo. Terrorismo, guerras, niños de la calle asesinados, mujeres esclavizadas en la prostitución... ¿Dónde vamos a parar?
Mientras Él escuchaba vi cómo sus ojos se llenaron de tristeza. Sin embargo, cuando terminé mi primera pregunta, su única respuesta fue una indulgente sonrisa.
Entonces le solté la segunda: Señor Dios, ¿Usted cree que el mundo va a tener remedio?
Otra amable sonrisa y una breve respuesta: El remedio nació en Belén hace ya 2000 años.
— Perdone mi insistencia, pero, ¿Usted no cree que las cosas pueden ir de mal en peor? ¿No cree que sería buena una intervención tajante de Usted?
Otra sonrisa, y una respuesta breve: Quizá no sea lo mejor.
— ¿Por qué no?- una fulgurante visita suya delante de todos, vía satélite, donde les deje las cosas claras, donde ellos se den cuenta de lo mal que van, donde les diga que o cambian o cambian.
Una nueva sonrisa, fue toda la respuesta de Dios.
— Pero Señor, en el mundo pocos se acuerdan de Usted. Me enteré de que hay una cosa que se llama ateísmo. Le están negando a Usted. Llegan a crear teorías de que Usted no existe. Y muchos se las creen. ¡Qué barbaridad! ¿No le parece que eso sí es ya demasiado?
Dios sonrió de nuevo y me dijo:
— Sí, es cierto que algunos ya no creen en mí. Pero yo sí creo en ellos y pienso seguir creyendo en todos…
Así acabé mi entrevista con este Dios tan empeñado en los seres humanos. La verdad no sé qué es lo que Él ve en ellos. A mí ya se me habría acabado la paciencia. Pero yo soy sólo un ángel periodista…